En el 2020 me puse como propósito leer más. Durante el 2019 con la mudanza a Australia y todo lo que ello implicó tanto física y emocionalmente, no tuve la oportunidad de leer como me hubiese querido. Por lo tanto, el 2020 no tenia excusas para no conseguirlo.
A través de mis redes sociales, he compartido algunas lecturas que he hecho durante este año. También les dejo una entrada en donde describo mis highlights del año 2020.
Me siento orgullosa de haber conseguido leer un poco más que lo que tenía planeado. Algunas personas me han preguntado de dónde saco el tiempo y la disciplina para poder leer a ese ritmo, es por ello que les quiero compartir mis secretos.
Bueno más que secretos son tips, o consejos que considero pertinentes para poder aumentar la cantidad de libros que leemos.
Definir qué te gusta leer
Este es un proceso de introspección muy importante, identificar que tipo de lectura disfrutas. Pueden ser libros de ficción, históricos, biográficos, de autoayuda, meditación, ciencia, etc.
Cada género y temática tiene enfoques diferentes, así como tenemos un género de música que preferimos o un estilo de película que nos atrae más, así mismo pasa con la lectura.
Debe ser algo que nos agrade de manera genuina, que no sintamos que es una tarea leer, si no parte de nuestro aprendizaje o de nuestro entretenimiento.
Establecer porque me quiero leer este libro
Hace poco tuve la oportunidad de ver un documental sobre las librerías dirigido por Max Joseph. Ustedes no se imaginan lo que me hizo sentir esa pieza audiovisual. Aquí lo pueden encontrar.
Una de las personas que aparece en él es la Dra. Ruth J. Simmons, quien fue la primera mujer afroamericana en ser la presidenta de una Universidad de la Ivy League, la Universidad de Brown. Además, trabajó como profesora de Literatura y Estudios afroamericanos. Esta mujer sabe de lo que habla con respecto a la lectura, ella cree que no hay una prescripción de lecturas que debamos hacer, contrario a lo que algunos académicos piensan. Es más importante leer un libro que te apasione, que te llegue y no guiarte por una fórmula preestablecida.
Es así cómo debemos elegir la razón por la cual debo leer un libro, no es porque sea el clásico de la literatura que recomiendan los académicos expertos, a menos que eso sea lo que nos apasione o interese. Es aconsejable encontrar ese libro que una vez empezamos no podemos parar de leer, que necesitamos otro capítulo para saber qué sucede.
Para ello podemos revisar páginas como Goodreads en la cual hay reseñas de varios títulos y puedes interactuar con otros lectores. Las redes sociales como Instagram tienen clubs de lectura, donde puedes participar y encontrar sugerencias. O puedes preguntarle a tus amigos o personas cercanas, ellos sabrán que tipo de lectura podría ser de tu interés.
El formato ya no importa
En estos tiempos digitales, la tecnología nos ha permitido encontrar espacios y formatos de lectura que se adaptan a los diferentes estilos de vida.
Hay varias personas que encuentran en los audiolibros la manera perfecta de terminar un libro de manera eficiente. Yo, por lo general me distraigo muy fácil para elegir este formato. Dicho esto, aquí les cuento mi experiencia leyendo con iPad, Kindle y en físico.
Una vez establezcamos cual es el formato más cómodo por precio, tamaño y comodidad, podemos seguir con nuestra lista.
Si una película te gustó y es basada en un libro, busca ese libro.
Con esta llega una anécdota, un poco vergonzosa. En mi adolescencia salió la película de Crepúsculo. Con ella dio inicio una nueva saga para los millennials que ya estábamos enganchados con la saga de Harry Potter.
Como mi mejor amigo estaba leyendo los libros del mago, yo me quise encargar del mundo de los vampiros. Y así fue como me devoré la saga en menos de 4 meses, de paso hice amigas que estaban leyendo el mismo libro al tiempo.
Más allá de la calidad de la historia o los paradigmas que giren alrededor de ella. ¡Lo importante es leer!
En el momento en que leí los libros, me involucré en la historia, sentí esa conexión en la que no podía parar de leer. Y todo inició por una película que vi, y las ganas de saber desde antes lo que iba a suceder sin esperar al estreno en cartelera.
También, funciona para conocer los detalles descriptivos que el cine no alcanza a captar. Dos casos claros son el Resplandor y el Padrino con sus respectivos libros. Totalmente recomendados.
La eterna discusión de sí que el libro es mejor que la película es algo que dejaré para otro post.
Leer un capítulo al día o cada dos días.
Nuestros horarios suelen ser muy apretados, hay que trabajar, hacer ejercicio, comer saludable, estar con nuestras familias, dormir, limpiar, etc.
La obsesión con la productividad nos ha dejado en un mar de actividades en donde no sabemos a que darle prioridad y como organizar el tiempo, o al menos este es mi caso. ¿Qué hice para cambiar esto?, fue sencillo y difícil a la vez. Debía sacrificar algo en pos de conseguir leer y escribir más. Así fue como corté un poco mi tiempo en social media, configuré mi teléfono para que no tuviese notificaciones y le puse límites al tiempo en aplicaciones que consumen mucho tiempo como Facebook e Instagram.
Con este pequeño sacrificio, que de paso ayuda a mi salud mental y a mis ojos, pude encajar la rutina de leer al menos un capítulo de un libro al día.
Señalar las citas que te gustan del libro y reflexionar
Soy de las personas que aman los libros en físico, pero detesto rayarlos o subrayarlos. Siento que lo estoy interviniendo de alguna manera que no es natural.
De unos años para acá tengo dos técnicas dispendiosas pero que dejan a mi yo obsesivo tranquilo, la primera es tener en un cuaderno anotados los apuntes del libro que más me agradan y la segunda es utilizar señaladores para las páginas que quiero volver a revisar.
Una vez las tengo, me pongo a reflexionar sobre lo que me llama la atención de esa frase, cómo me hace sentir y a quién me recuerda.
Las conexiones que una frase puede tener con nuestra vida, es algo que me parece increíble. Es una relación que se establece entre el autor y tú.
Cortar las distracciones
Esto casi que es automático cuando un libro nos atrapa. No obstante, debemos organizarnos para que podamos hacerlo en un horario donde no nos interrumpan las labores del día a día.
Es un momento para nosotros, el mundo empieza a trabajar en la temporalidad de nuestra lectura.
¡No hay una técnica igual para todos!
Cada persona debe encontrarla y adaptarla a sus necesidades. Conozco personas que les encanta leer un libro en una sola sentada, como otras que leen 5 libros al tiempo. Es cuestión de encontrar la mejor manera para ti, para tus necesidades y tus tiempos.
¡No nos dejemos desmotivar por los libros que no nos gustaron!
En el colegio tuve que leer una amplia variedad de libros que no me gustaron, para mi fortuna, hubo muchos que me gustaron y que hoy día recuerdo con nostalgia.
Esos libros que me encantaron, me llevaron a preguntarme si habían más que podían tener historias así de atrapantes y sí los había, los quería leer.
¡Ahora, el problema es el tiempo para poder leeros todos!
¡Nunca vas a poder leer todos los libros del mundo!
¡Bájate de la nube!, pero no por ello te desmotives a leer, es físicamente en una sola vida poder leer la cantidad de información contenida en los libros. Lo que puedes hacer es empezar y tratar de leer la cantidad con la que te sientas más cómodo.
Más allá de poner una cantidad específica de libros, anímate a leer solo un poco más, verás que esas cifras aumentan solas, sin la presión de estar contando y acumulando libros.
¿Qué otra sugerencia tienen para complementar este post? ¡Háganmelo saber en los comentarios!
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