Nuestro planeta esta pasando por un mal momento en el sentido ambiental (por no hablar del tema social). Ser más sostenibles con el planeta no es solo una moda, es un estilo de vida que se ha convertido en una buena estrategia para cuidar nuestro planeta y así ayudar preservar nuestra especie, cuidar nuestro hábitat y todos los seres que viven en él.
El camino a ser conscientes y consumir de manera más sostenible no es sencillo ni fácil. Nuestra sociedad de consumo hace difícil que podamos desapegarnos del estilo de vida consumista, así mismo la publicidad es cómplice en crear y diseñar necesidades en orden de que sigamos comprando cosas que en realidad no necesitamos.
En este sentido, quiero recalcar que mi proceso de volver mi vida más sostenible con el planeta no ha sido ni fácil ni sencillo, aún esta en desarrollo y constante aprendizaje.
Una de las cosas que hay que tener en cuenta es que cada persona sabe que esta dispuesta a dejar de lado, y no existe una fórmula mágica o estándar para ser más sostenibles con el planeta. Aquí algunas de mis experiencias y las lecciones que poco a poco he ido aprendiendo en este recorrido.
El consumo de proteína animal:
Yo no soy vegetariana ni vegana, no por eso mi camino hacía una vida más sostenible pierde merito.
Como colombiana, crecí y me alimenté con proteína animal toda la vida. Por problemas de salud de mis papás, tuvimos que dejar de comer carnes rojas (cerdo y res) hace muchísimo tiempo, en vez de eso consumimos pollo y pescados de todas las especies (mi papá es de la costa atlántica así que siempre tuvimos un experto en comida de mar en casa).
Eso me ayudó a bajar un poquito los índices de consumo de carne de res, no les niego que de vez en cuando una hamburguesa o una chuleta de cerdo no se atravesaban por ahí, pero realmente no es algo común. La res es una de las carnes más perjudiciales para el medio ambiente. Sin embargo, soy consciente del impacto ambiental que aún genera consumir pollo y comida de mar. Por tal motivo poco a poco he moderado el consumo de estos alimentos y he incluido proteínas no animales como el tofu.
Como les digo, no hay un camino perfecto e ideal, pero es un proceso y un granito de arena que va contribuyendo a que la carne de res se deje de consumir tanto.
El intento para disminuir el uso de tanto plástico:
En el largo proceso de ser más sostenibles con el planeta, esto es tal vez lo más complicado. A diferencia del consumo de carne, que es más una decisión personal, el plástico viene en muchos elementos que no tenemos el control de producir o consumir. Por ejemplo, las bolsas de la basura, algunos productos para la limpieza del hogar, alimentos que vienen con sellos o etiquetas plásticas, entre otros bienes que también poseen plásticos en su producción y ni siquiera somos conscientes de ello.
Para los casos en que “podemos controlar” nuestro uso del plástico, es mejor dejar de consumir productos que vienen en recipientes 100% de plástico y empezar a utilizar productos que vengan en frascos de vidrio. Así mismo, podemos reutilizar esos frascos de vidrio para envasar salsas preparadas en casa y otros productos en los que a veces terminamos empleando envases plásticos.
Las bolsas para hacer mercado:
Menos mal ya existen varias opciones para ir a hacer compras en donde se desestimula el uso de bolsas de plástico. Tanto en Colombia como en Australia, para utilizar estas bolsas hay que comprarlas, cuando hace un par de años eran gratis. De esta manera, las bolsas de tela han alcanzado gran acogida. Estas bolsas reutilizables son mucho más resistentes en peso y vienen en diferentes diseños y materiales. Al principio uno suele olvidarlas, pero una vez se genera la costumbre y se tiene presente el propósito de ser más sostenibles, las bolsas de plástico pasan a la historia.
El papel para cocina, según dicen, es bastante malo para el medio ambiente, y si bien aún compro de vez en cuando, un rollo me puede durar meses. Para limpiar y secar los platos de mi cocina tengo un kit de trapos de tela que diferencio por color: rojos para la maquina de café, negros para el mesón de la cocina y blancos para secar los platos (es un sistema). Esto permite que pueda lavarlos y reutilizarlos varias veces.
Cuando vivía con mis papás también aprovechábamos las toallas viejas y camisetas viejas para encontrarles nuevo propósito como trapos para sacudir o toallas para secar los cubiertos. Aún no tengo tantas cosas viejas en mi casa para darles ese nuevo propósito, pero sin lugar a dudas cuando llegue el momento, tendrán una segunda vida.
Tratando de ser más sostenible en la cocina:
A la hora de hornear, aún utilizo el papel mantequilla para colocarle a algunos de mis moldes. Sin embargo, estoy buscando la opción del mejor tapete de silicona que resista el calor y de esa manera eliminar el papel mantequilla de mi cocina. Lo que sí he hecho, es cambiar mis moldes a moldes de silicona o engrasar muy bien los moldes metálicos para evitar utilizar los capacillos, es decir aquellos papeles que se utilizan para verter la mezcla de los muffins y cupcakes, y que al final terminan en la basura después de comer el pastelillo.
Finalmente, cuando salimos a comer o tenemos leftovers, buscamos reutilizar los containers que nos dan en el restaurante o cuando nos acordamos, llevamos nuestro propio container para guardar la comida. En Australia no se utiliza el icopor de manera frecuente, es más común ver cajitas plásticas. Estas pueden ser reutilizadas para congelar alimentos, organización de la nevera, entre otras funciones que le hallamos en el camino.
El proceso de ser más sostenibles en los elementos de uso diario:
Para mi es fundamental estar hidratada durante todo el día, por tal motivo desde Colombia siempre he comprado botellas reutilizables de agua. No solo para ser más sostenibles con el planeta, si no porque me parece más práctico y económico no estar comprando botellas de agua a cada instante.
El momento en que debes empacar tu vida en dos maletas y viajar al otro lado del mundo, la botella para el agua no pasa el corte de elementos necesarios para viajar, ya que ocupa espacio y puedes volverla a comprar en el destino al que te vas a mudar. Por esa razón, tuve que llegar a Australia y comprar de nuevo una botella, más grande y de acero inoxidable, lo cual también permite que mantenga la temperatura por más tiempo (sea bebida fría o caliente). Este cambio de botellas de plástico a botella reutilizable, considero que es de los más sencillos de hacer, además de ahorrar mucho dinero, nos permite cuidar el medio ambiente.
Y que no falte el café…
Para los que no saben yo tengo una adicción bastante considerable a la cafeína. Amo tomar café y té durante todo el día, sin importar si estoy en la casa, la oficina o en la calle haciendo diligencias. Poder disfrutar de un delicioso café recién hecho o preparar un té para esas tardes frías de invierno en donde uno solo quiere sentarse a leer, es uno de los placeres que me da felicidad. Antes de tomar la decisión de preparar ambas bebidas en casa, traté de leer mucho, y descubrí que las bolsas en donde vienen las infusiones de té, por lo general tienen plásticos que son de un solo uso.
Desde ese momento decidí que iba a comprar el té en hojas, nada de infusiones plásticas. Junto a esa decisión llego una tetera, lo cuál permitió que ahora tomar té sea un ritual y sea mucho más especial a la hora de disfrutarlo.
Hablando de café, una de las formas para poder ahorrar un poco de dinero y ayudar al medio ambiente, es llevar a las tiendas de café un recipiente reutilizable. Confieso que debo volverlo a hacer porque no cargo con mi recipiente de café tan seguido, pero a penas se acabe la cuarentena les prometo que vuelvo a la senda de la sostenibilidad en ese sentido, ¿ven porque les digo que no es un camino perfecto?
Aseo personal:
Bueno voy a empezar que odio catalogar a los productos para la menstruación como aseo personal, eso va más allá, porque tener la menstruación no es suciedad, pero en fin no me voy a desviar aún más del tema.
La forma de ser más sostenibles con el planeta es tener la copa menstrual, yo llevo casi 4 años con la mía y soy muy feliz con ella, no solo es muy fácil de utilizar, limpiar y transportar. También ahorra mucho dinero, ya no tengo que gastar en toallas higiénicas ni en tampones. Además, la copa es tan cómoda que la mayoría de veces se me olvida que esta ahí y así esté en un viaje donde por lo general no es sencillo lograr acceder a un baño para hacer los cambios pertinentes, con la copa menstrual estoy protegida de algún accidente inesperado.
También la sostenibilidad en el aseo general:
Con respecto al aseo general, aún hay muchos cambios por hacer e implementar. En Australia es muy común que muchas casas vengan con secadora de ropa y lavavajillas incluidos.
Siendo sincera, siempre le he tenido un poco de miedo a las secadoras de ropa, he escuchado historias de que, si no se mantienen limpias y en buen estado, pueden estallar y quemar la casa. Así que, para evitar la ansiedad de pensar que voy a quemar la casa cada vez que use este electrodoméstico, prefiero no utilizarla y extender mi ropa al aire libre, para que el viento se encargue de manera natural de secar todo.
En relación al lavavajillas, yo juraba que gastaba mucha más agua que lavar los platos a mano, pero hay evidencia que estas maquinas ayudan a ahorrar agua, por lo tanto, ahora es mi mejor amiga en la cocina. Puedo ensuciar de todo y mi adorada máquina me va a ayudar a limpiar mientras ahorramos agua. Para esta máquina, solíamos utilizar un jabón especial que venía en una bolsa plástica. Sin embargo, hace poco descubrimos una tienda, de las que les hablaré en el más adelante en este post, en donde venden el mismo producto sin empaques. Desde ahí, ese es otro lugar en donde hemos reducido el uso de plásticos.
Ser más sostenibles incluye cocinar en casa:
Volviendo a la cocina, pedir afuera la comida suele ser muy conveniente, y es que cocinar implica tiempo, creatividad, energía, ganas y muchas más cosas. Realmente, no es fácil tener variedad de platos todos los días y menos para los tres golpes (desayuno, almuerzo y cena), pero una vez se hace el esfuerzo realmente vale la pena, no solo en cuestiones de sostenibilidad, también ayuda en la dieta y a estimular la creatividad. En mi cuenta de Instagram de vez en cuando subo algunas recetas sencillas, que todos podemos hacer en casa, e igual algunos de mis posts del blog son sobre recetas que he hecho.
Hace un par de meses hemos utilizado una suscripción a un servicio de kits de comida llamado Hello Fresh, en otro post les dejaré mi opinión al respecto. Con ese servicio tenemos la oportunidad de elegir los platillos que se van a consumir y ellos se encargan de enviar la porción adecuada para no generar ningún desperdicio a la hora de cocinar. Adicional a esto, te dan las instrucciones exactas para preparar diferentes recetas, que por lo general implican técnicas, especias y platillos que suelen ser novedosos para los cocineros amateurs como yo.
¿Cómo hacer de las compras en general más sostenibles?:
Como les mencionaba al hablar del jabón para el lavavajillas, encontré una tienda llamada The Source, para los que viven en Sídney hay varias locaciones.
Allí venden todo por peso, es decir llegas con tu recipiente y compras lo que necesitas dentro de los productos que ellos ofrecen, que suelen ser granos y especias. Allí conseguimos el arroz, garbanzos, fríjoles, orégano, harina de trigo, harina de almendras, miel de abejas, miel de maple, avena, etc. Tienen un amplio catalogo en donde también incluyen varios elementos de aseo, no solo el jabón del lavavajillas, ellos ofrecen shampoo, acondicionador, jabón para las manos, etc.
Este tipo de tiendas son una excelente opción para dejar de comprar esos productos que vienen en empaques plásticos que resultan innecesarios por lo tanto nos alejan de nuestra meta de ser más sostenibles con nuestro medio ambiente.
Eso sí, siempre será mejor ir a las plazas de mercado en donde todo es más fresco y en muchas ocasiones incluso podemos hablar directamente con el productor, aunque no suele ser tan común ni tan accesible de conseguir, pero vale la pena intentar y buscar el mercado local más cercano a nuestro hogar.
Fast fashion ¿sí o no?
Para finalizar, la moda y el “fast fashion”, es decir esas marcas de ropa que venden prendas que son para solo una temporada y luego son desechadas. Puedo decir que me siento afortunada de venir de un país como Colombia, donde la ropa es fabricada para durar. Aunque no les niego que soy consumidora de las marcas que han sido etiquetadas como “fast fashion”, suelo ser muy cuidadosa con mis prendas y algunas pueden durar muchos años. (Tengo ropa que compré cuando aún estaba en el colegio (o sea hace poco más de 12 años), pero shhh).
Hay personas que acuden a las tiendas de segunda mano para ser más sostenibles con nel consumo de su ropa. Yo aún tengo ideas locas en mi cabeza y no me he atrevido a hacerlo. Vamos a ver que sucede en el futuro con respecto a esto.
¡Ser más sostenibles con el planeta es un constante aprendizaje!
Me alegra sentir que los seres humanos nos hemos hecho más conscientes del daño que le estamos haciendo a nuestro planeta con nuestra forma de consumo. Si bien el calentamiento global no un fenómeno extraño en nuestro planeta, es lo acelerado que ha sido el proceso de deterioro lo que preocupa a los expertos y a las personas que, como yo, una simple mortal que cree en los expertos y quiere desde su pequeño rincón del mundo aportar un granito de arena. Para así lograr, aunque sea un poquito, bajar los índices de contaminación a mi amada Tierra, el único hogar que conozco y que debemos ayudar a preservar si queremos sobrevivir como especie.
Tener una vida más sostenible no es tarea sencilla, y como pueden leer no es un camino perfecto para todos. Como hay algunos que logran hacer el cambio de forma sencilla, a otros nos toma más tiempo renunciar a ciertas cosas. Pero lo importante no es llegar primero si no saber llegar, ¿verdad?
Si quieren ser más sostenibles con el medio ambiente, les dejo algunos blogs que he leído sobre el tema aquí y aquí.
¿Qué otro consejo de sostenibilidad tienen? ¿Hay algo que les cueste más trabajo hacer?